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La Biblioteca Nacional de Israel sospecha que el patrimonio del autor de 'El proceso' está siendo liquidado por parte de dos hermanas que heredaron sus manuscritos
ENRIC GONZÁLEZ
Una importante colección de manuscritos de Franz Kafka parece estar desapareciendo de forma kafkiana. Dos hermanas residentes en Tel Aviv, que heredaron los documentos de su madre, han denunciado frecuentes robos en su apartamento (dos la semana pasada), pero dicen no saber qué ha sido robado. La Biblioteca Nacional de Israel, que pleitea con las hermanas por la posesión de los manuscritos, sospecha que el patrimonio está siendo liquidado.
La historia es complicada. Los manuscritos de Kafka formaban parte de la biblioteca de Max Brod, editor y amigo del escritor checo, que emigró a Israel en 1939 y murió en 1968. Brod legó sus posesiones a su secretaria y colaboradora Esther Hoffe, que falleció a su vez hace dos años y dejó los manuscritos y el resto del material a sus dos hijas, Eva y Ruth.
Esther Hoffe, la ex secretaria de Brod, no tuvo un comportamiento demasiado leal. Existen claros indicios y varias pruebas documentales de que Brod sólo le dejó su biblioteca con los manuscritos de Kafka para que acabara de clasificarla y la entregara luego en su integridad a una institución pública israelí, con preferencia a la Biblioteca Nacional. Esther, sin embargo, vendió el manuscrito de El procesoy donó todo lo demás a sus hijas.
La Biblioteca Nacional interpuso una demanda para conseguir la custodia de los libros de Brod y los manuscritos de Kafka. Pero mientras se desarrolla el proceso se han sucedido los robos misteriosos en casa de Eva Hoffe, la hermana que, hasta donde se sabe, guardaba los documentos. En septiembre de 2009 se denunció un robo. La semana pasada hubo otras dos incursiones en el apartamento, el lunes y el miércoles.
Según Eva Hoffe, de 76 años, han desaparecido "libros, cartas y partituras", aunque se declara incapaz de detallar qué libros, qué cartas y qué partituras. El abogado de las hermanas Hoffe, Uri Zfat, afirma por su parte que lo robado son "documentos insignificantes".
La Biblioteca Nacional de Israel sospecha que el legado de Max Brod está siendo liquidado en beneficio de las hermanas o de alguien vinculado a ellas, y exige al juez que todos los documentos le sean entregados inmediatamente; si ello no es posible, exige que al menos se efectúe un inventario sobre los documentos guardados en el apartamento de Eva Hoffe para evitar que sigan produciéndose robos misteriosos y el legado de Brod y Kafka siga esfumándose.
La Biblioteca Nacional de Israel sospecha que el patrimonio del autor de 'El proceso' está siendo liquidado por parte de dos hermanas que heredaron sus manuscritos
ENRIC GONZÁLEZ
Una importante colección de manuscritos de Franz Kafka parece estar desapareciendo de forma kafkiana. Dos hermanas residentes en Tel Aviv, que heredaron los documentos de su madre, han denunciado frecuentes robos en su apartamento (dos la semana pasada), pero dicen no saber qué ha sido robado. La Biblioteca Nacional de Israel, que pleitea con las hermanas por la posesión de los manuscritos, sospecha que el patrimonio está siendo liquidado.
La historia es complicada. Los manuscritos de Kafka formaban parte de la biblioteca de Max Brod, editor y amigo del escritor checo, que emigró a Israel en 1939 y murió en 1968. Brod legó sus posesiones a su secretaria y colaboradora Esther Hoffe, que falleció a su vez hace dos años y dejó los manuscritos y el resto del material a sus dos hijas, Eva y Ruth.
Esther Hoffe, la ex secretaria de Brod, no tuvo un comportamiento demasiado leal. Existen claros indicios y varias pruebas documentales de que Brod sólo le dejó su biblioteca con los manuscritos de Kafka para que acabara de clasificarla y la entregara luego en su integridad a una institución pública israelí, con preferencia a la Biblioteca Nacional. Esther, sin embargo, vendió el manuscrito de El procesoy donó todo lo demás a sus hijas.
La Biblioteca Nacional interpuso una demanda para conseguir la custodia de los libros de Brod y los manuscritos de Kafka. Pero mientras se desarrolla el proceso se han sucedido los robos misteriosos en casa de Eva Hoffe, la hermana que, hasta donde se sabe, guardaba los documentos. En septiembre de 2009 se denunció un robo. La semana pasada hubo otras dos incursiones en el apartamento, el lunes y el miércoles.
Según Eva Hoffe, de 76 años, han desaparecido "libros, cartas y partituras", aunque se declara incapaz de detallar qué libros, qué cartas y qué partituras. El abogado de las hermanas Hoffe, Uri Zfat, afirma por su parte que lo robado son "documentos insignificantes".
La Biblioteca Nacional de Israel sospecha que el legado de Max Brod está siendo liquidado en beneficio de las hermanas o de alguien vinculado a ellas, y exige al juez que todos los documentos le sean entregados inmediatamente; si ello no es posible, exige que al menos se efectúe un inventario sobre los documentos guardados en el apartamento de Eva Hoffe para evitar que sigan produciéndose robos misteriosos y el legado de Brod y Kafka siga esfumándose.
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